Mi querido amigo, te acompaño en este momento difícil, te comprendo hasta donde llega mi capacidad de entender que todas las cosas pasan por alguna razón.
Te recibo con el mismo cariño que siempre te profesé y una amistad que siempre tendrás. La vida sigue, talvez ahora no es el momento, pero lo será después.
El viaje de Tegucigalpa a San Miguel debe ser largo y triste en estas horas, pero tené la certeza que todo irá bien.
Un abrazo,
Rocío
miércoles, abril 29, 2009
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