Más que un tiempo,
es un talante y un estilo,
es una actitud del alma.
No sólo es algo que se celebra,
sino algo que se vive.
Cuando nos llenamos de ideales,
es adviento.
Cuando creemos en la utopía,
es adviento.
Cuando tenemos hambre y sed de justicia,
es adviento.
Cuando trabajamos por la paz,
es adviento.
Cuando esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva,
es adviento.
Cuando esperamos contra toda esperanza,
es adviento.
Cuando buscamos a Dios,
es adviento.
Cada vez que decimos: Ven,
es adviento.
Este finde empezó para mí, el viernes con una reunión en Usulután, un paseo por San Francisco Javier, nuestro retiro final en Santiago de María y un paseo por Alegría, pasando por la laguna. Hermoso, un finde inolvidable, con muchas reflexiones personales.
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