Una de las cosas más importantes que he aprendido en este año en curso es detenerse a observar las pequeñas manifestaciones en nuestras vidas.
Si veo hacia atrás, mi historia de vida está marcada con tantas anécdotas, momentos, personas que han dejado huella, para convertirme en quien soy ahora.
A veces es tan importante, nomás quedarse callado, y dejar hablar a Dios, escuchar pero de verdad escuchar el viento, sentir la brisa en el rostro, palpar la respiración.
Es parte de los ejercicios que hasta ahora me han funcionado estupendamente, los comparto.
jueves, julio 23, 2009
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3 comentarios:
De veras que funciona. Y es que, si Dios esta en todo, puede hablarnos de cualquier forma. Todo es cuestión de escuchar. Y ahí esta lo difícil, en quedarnos callados.
Saludos.
Sí, Gero, sólo es cuestión de escuchar, de darse el tiempo. En este mundo de actividades que tenemos saturación de cosas, es importante darse un momento para sentir la vida.
Saludos,
El arte de la observacion! ahhh tan olvidado y tan util! emplealo y veras q todo se te hara mas facil!
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