Un sábado me reuní con mi amiga Silvia en una Café, llegué temprano así que la esperé por espacio de 15 minutos, cuando llegué al lugar, había una pareja de jovencitos, el chico no dejó de mirarme desde que entré, incluso me ayudó a conectar mi laptop, bueno la chica estaba desconcertada y furiosa porque de pronto perdió la atención de su acompañante. Para mí fue muy incómodo porque ese momento que estuve esperando a mi amiga se me hizo largo, teniendo enfrente a la pareja de chicos.
Vamos, ya me había pasado eso, y me dio mucha risa, pero ahora existe otro contexto en mi vida privada. Cuando llegó mi amiga empezamos a conversar de cosas verdaderamente importantes como nuestra próxima defensa de tesis, cada una por su lado y es esencial compartir los miedos que a veces sentimos ante la cercanía de un momento trascedental en la vida académica.
Cosas que pasan.
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